Kabuki (Madrid)

Hay posts que escribo directamente en el computador. Sin embargo, hay unas pocas veces, donde es necesario agarrar lápiz y papel y me entrego a esa forma tan old school de escribir. Si me preguntas qué define si escribo de una forma u otra creo que un aspecto clave es el amount de emoción que me generó aquel restaurante, tanta emoción que necesito plasmarlas en papel para poder finalmente hacer el review y no quedarme en ese limbo emocional.

A Kabuki queríamos conocerlo desde hace mucho tiempo. En una de las idas y venidas por Salamanca, nos encontramos con Kabuki y sin pensarlo mucho y haciendo uso de esos 20 segundos de locura corrimos e hicimos la reserva. Un elemento clave es que por un lado sabíamos que Kabuki es de los mejores restaurantes pero por otro lado, Toshiro, otro grande, lo había recomendado con tal entusiasmo que esto sin duda terminó por dejarnos con la curiosidad necesario para visitar el templo de Ricardo Sanz.

Que importante conocer el significado del nombre del restaurante. ¿Kabuki? En la carta se puede encontrar una "Forma popular de espectáculo (...) incluía música, danza, variedades, acrobacias y luchas con espadas" y es que Kabuki es exactamente eso. Un espectáculo acompañado por la danza de los platos que van desfilando en la mesa, platos con acrobacias de ingredientes y una lucha de espadas al poder probar cortes tan perfectos como los Usuzukuri. Quiero sí que también tengas claro que esta puesta en escena de tanta elegancia japonesa está acompañada por esta picardía española que tanto me encanta. Ese balance entre pureza japonesa e identidad española es uno que, al menos para mí, reúne los elementos necesarios para una trama de final feliz.

Queríamos probar platos que nos mostraran la identidad de Kabuki. Conocimos a Ricardo Sanz, un grande, y nos entregamos a su merced. Pudimos disfrutar un desfile de platos con tremenda identidad que me gustaría definir a cada uno como los actos de un espectáculo. Recibimos todo lo mejor y dentro de mis favoritos estuvieron los Erizos y Calamar, el Sashimi de toro y torrezno de ventresca, el Bowl de atún picante con papa canaria y huevos rotos, la trilogía y la variedad de Usuzukuris. Si me pongo a pensar, todos los platos fueron mis favoritos ... Una locura carambas!

Fue una cena redonda sobre todo por ese último episodio tan dulce, Churros con Chocolate, postre tan familiar que siendo extranjero, te hace sentir tan en casa. Y es que Kabuki fue eso, fue sentirnos en casa porque fue una cena real, con identidad y con un grado de familiaridad que sólo Ricardo podría entregar. Es cierto que a través de los platos pudimos conocer la identidad Kabuki como restaurante pero también, a través de estos pudimos conocer un poco más de Ricardo Sanz, tantas gracias por los tremendos detallazos! Kabuki

Calle de Velázquez 6. Madrid, España.

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